¿Me creerían si les digo que he vivido más desde que tengo esclerosis múltiple que cuando no la tenía?
Por alguna extraña razón, el diagnóstico me hizo ver que no somos eternos ni invencibles. Aunque esto es algo lógico, cuando lo sientes de cerca, TODO cambia.
Luego de pasar por los momentos más oscuros de mi vida, me di cuenta de que era una persona que soñaba en grande, pero que posponía demasiado. Todo era un “lo hago después”, “tengo tiempo suficiente para hacerlo”, “todavía falta mucho para llegar a eso”, y nunca pasó por mi mente la posibilidad de que llegara un diagnóstico que me cambiaría la vida.
Cuando empecé a perder movilidad y a tener dificultad para caminar, fue cuando me dije: “Okey, esto es bien real y va demasiado rápido. ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cómo quiero empezar a vivirla?” Estas preguntas fueron clave para hacer mi propio "bucket list" y motivarme a romper barreras.
Cuando hablo de romper barreras, me refiero a tomar riesgos y atreverme a hacer cosas diferentes, sin abandonar mis valores o mi personalidad. Es desafiar los estereotipos y las barreras impuestas por la sociedad, esas que durante tanto tiempo me hicieron sentir que no encajaba. Para mí, es el acto de valentía más grande que existe, donde se busca inspirar a otros, abriendo caminos y oportunidades para quienes aún no se atreven a dar el paso.
Yo soñaba con ser modelo, pero no había nadie que representara mi diversidad. Quería viajar por el mundo, pero no veía a nadie haciéndolo en silla de ruedas. Anhelaba trabajar en los medios de comunicación, pero en la televisión no había personas con diversidad funcional. Así que decidí arriesgarme y dar el paso.
Convertí mi silla de ruedas y mi andador en herramientas de empoderamiento, trabajando en campañas que desafían lo tradicional, creando contenido para redes sociales, viajando por el mundo desde una perspectiva diferente pero, a su vez, fascinante y llevando un mensaje de inclusión y motivación para los demás.
Romper barreras es el primer paso hacia grandes cambios. Un diagnóstico no nos define; tenemos el poder de alzar nuestra voz para visibilizar la diversidad y construir un mundo más inclusivo. Cada uno de nosotros puede ser el agente de cambio que inspire a otros a soñar sin límites.
¡Un abrazo!
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